Inglaterra arruinó la que parecía ser una fiesta eslovaca, pues cuando todo indicaba que el marcador quedaría sin movimiento, apareció milagrosamente Adam Lallana con un zurdazo a los 95 minutos para decretar el triunfo británico.

El resultado salva de las críticas al técnico Sam Allardyce, quien debutó al frente del banquillo inglés y que no supo aprovechar la ventaja numérica que tuvo desde el minuto 57 tras la expulsión del defensa central de Eslovaquia, Martin Skrtel por acumulación de amarillas.

Tras la baja del central, los eslovacos se dedicaron a defender, renunciaron al ataque y sólo apostaron por tímidos contragolpes que no exigieron a Joe Hart.

Los locales resistieron y estuvieron a sólo segundos de conseguir un empate de oro, pero Lallana controló el balón tras un pase del defensa Danny Rose, hizo un quiebre y sacó un zurdazo que se coló entre las piernas del portero Matus Kozacik.