Casi tres meses sin competir son demasiados para Rafa Nadal. Por eso, en su estreno en el Open de Australia, que suponía el regreso a las pistas de forma oficial del número uno, propinó una soberana paliza al veterano Víctor Estrella Burgos. Llegó con hambre y rabia el mallorquín, exuberante con su nueva camiseta sin mangas, para no dar ni una sola opción al jugador dominicano, que se despidió del torneo con un severo correctivo (6-1, 6-1 y 6-1).