Mario Núñez: ¡Un barbero cinco estrellas!

Mario Núñez: ¡Un barbero cinco estrellas!

 

Cuando el instinto de superación y las ganas de convertir los sueños en realidad son más fuertes que las limitaciones, suceden cosas maravillosas... 

Esta es la historia de Mario “El negrito” Nuñez, el barbero de los famosos.

Definimos como punto de encuentro el área de piscina del Hotel Clarión, el día está soleado y mientras esperábamos, lo observamos llegar. Sus características físicas parecen propias de una celebridad, piel morena con numerosos tatuajes, sonrisa amplia, mirada soñadora y personalidad amigable, rápidamente entra en confianza, toma asiento y se relaja antes de comenzar a contar su historia. 

Se trata de Mario Núñez, mejor conocido como “el negrito”, un barbero de profesión, quién desde muy temprana edad migró hacia la capital procedente de su pueblo,  Jutiapa, Jamastrán. Sus primeros días en Tegucigalpa fueron difíciles pues no tenía amigos, en un principio su propósito era estudiar, sin embargo, la vida le tenía deparado otro destino.

Su instinto de querer independizarse y vivir solo, lo llevó a buscar la manera de salir adelante, ese deseo hizo que en el año 2006 se cruzara por una barbería y comenzara su aventura, pero no como barbero, sino aseando el local donde funcionaba el negocio. Mientras limpiaba veía a los barberos ejerciendo su labor y así se fue enamorando del oficio, hasta que un día, el dueño se dió cuenta de su interés  y lo instó a aprender.

¿Cómo fue el proceso para empezar a aprender?

Yo siempre desde pequeño quería ser independiente, tenía 15 años y no me iba a conseguir un trabajo en otro lugar, me gustó mucho, ósea, yo iba a la barbería y veía a mis amigos trabajar y entonces eso me inspiro para poder aprender y ser independiente.

¿Le dijiste al dueño que querías aprender?

El dueño me dijo a mí (risas)… yo llegaba más que todo y él me dijo un día: Ey ¿Quéres aprender? Vio que tenía interés, entonces le dije que sí y llegaba luego a aprender.

¿Te costó bastante?

No porque yo lo sentía, me sentía bien, entonces no me costó mucho la verdad.

¿Siempre hiciste uno que otro relajo en algún cliente?…

Claro, nadie nace aprendido (risas)… a mis primos, ellos saben, cuando vean esto se van a reír y van a decir: ahhh sí. A ellos los castigaba, tenía que aprender en alguien, entonces a ellos y a mi sobrino el mayor, mi hermana también se va reír jajaja… A mi sobrino lo agarraba como muñeco.

¿En qué momento dijiste: “Esto es para mí, de esto voy a vivir”? 

Yo tenía 16 años… ¡no veías un barbero de 16 años! Todos ya eran mayores, entonces mi amigo el dueño de la barbería le decía a la gente: “pase con él”. La gente me veía y decía no no no, pero el que confiaba en mí y le gustó mi trabajo, y luego volvía a buscarme, es porque lo estoy haciendo bien, ahí fue cuando dije “es lo mío”, eso fue lo que me llenó.

¿Quién fue tu mentor, el que te inició? 

El dueño de la Barbería, Juan José Junior, “El Chele” como todo mundo lo conoce, él me enseño a trabajar, a ser responsable, a salir adelante, a no quitarme nunca. Fue el que me metió eso en la cabeza de que tenía que trabajar, trabajar y trabajar. Nunca le he bajado gracias a él.

¿Quién o quiénes son tu referencia?

Uno es el Chele por la forma como piensa, creo que deberíamos pensar todos así. Y otro, diría que Franklin Martínez, “Frank Miami”. Él inició en esto de la barbería y ahora es el manager más destacado de Honduras, el mejor.

¿Quién fue tu inspiración?

Mi mamá. Ella es mi inspiración.

¿Cómo se hicieron clientes tuyos los futbolistas? ¿Cómo entrás en ese mundo?

Por un amigo que se llama Alex. El primer futbolista al que yo le recorté fue a Jorge Claros “El Pitbull”. Alex me lo llevó a la barbería y se hizo cliente y amigo mío. Luego de él, conocí a Luis Garrido y desde que lo empecé a tratar, a conocer, nos hicimos buenos amigos, entonces él ha dado muy buenas referencias mías. Gracias a Garrido y Alex López, que es quién les dice en las concentraciones a los demás: “¡Ey, va venir mi barbero!” luego me llama y me lleva.

¿Y al ambiente de Selección como llegas?

Fue para el proceso de Pinto, en el 2015, recuerdo que jugaban en Tegucigalpa y Garrido me llamó que me necesitaba en el hotel. Yo se lo cortaba a él, pero cuando recibo esa llamada suya para ir a la concentración a cortárselo a todos (se le ilumina la mirada)… Ya estás hablando de otra cosa.

Ese día me pasó algo raro… al principio yo me lo tomé personal, pero son anécdotas de las que luego uno mejor se ríe.

Llegué al Lobby del hotel y bajó Garrido, entonces había que pedirle permiso al entrenador (Pinto), pero él estaba con una llamada y a quien le pidieron permiso fue al preparador físico, y él bien tranquilo y alegre me dio la mano y me dijo que estaba bien, que podía trabajar tranquilo.

Luego subimos, pero al preparador físico se le olvidó decirle al profe Pinto que yo estaba en la habitación trabajando. La cosa es que había que bajar a cenar, y Mario Martínez no fue a cenar y nos quedamos viendo un partido (hace memoria) creo que era de los Olímpicos, y en eso tocan la puerta (golpea 3 veces sus nudillos contra la mesa) y ninguno de los 2 respondió. El profe abrió la puerta y dijo: “ya es tarde, se pasaron 10 minutos, los espero en el comedor”. Y cerró la puerta, me imagino que pensando que yo era uno más de la selección, pero luego volvió a abrir la puerta, me vio bien y entró. Cuando él entra yo me levanté y lo saludé de manera respetuosa… “buenas noches profe”, y el muy enojado no dejó hablar a Mario ni a mí, solo me preguntó que quien era yo y me dijo: “Usted no tiene que estar aquí, me hace un favor, recoge sus cosas y se larga”.

Nosotros nos quedamos sorprendidos, luego él le dijo unas cosas a Mario y que lo esperaba abajo (en el comedor) y me volvió a decir: “Ahora mismo mando a alguien para ver si ya te fuiste”. “Agarrá tus cosas y te largas”. Y siguió discutiendo solo mientras se iba.

Mario y yo nos quedamos viendo y obviamente digo yo: agarro mis cosas y me voy. Pero vino Mario y me preguntó: “¿A quién le pidieron permiso de que vos estuvieras aquí?”. Al preparador físico le respondí… OK. No te vayas me dijo él.

Mario bajó, y yo me quedé en la habitación pero lógicamente pensando en que alguien iba ir a sacarme. Pues ellos cenaron y cuando subieron, venían todos, Maynor, Noel, Beckeles, Crisanto… Bueno casi todos, a preguntarme si era cierto que el profe me había corrido. Lo que yo recibí de ellos también me llenó porque me apoyaron y me dijeron que estuviera tranquilo, que no pasaba nada.

Yo seguí trabajando y luego subió el preparador físico a disculparse conmigo por lo que había pasado, porque a él se le fue y no le dijo al profe en ese momento sino que hasta que estaban cenando, pero ya cuando Pinto me había dicho lo que me dijo. Son cosas que ahora me río.

El año pasado estaba trabajando con un equipo y de igual manera, yo iba a todas las concentraciones tranquilo, y vino el entrenador, él no se llevaba bien ni con sus jugadores, y esperó que yo llegara un día para decirme que no tenía permiso de llegar. Ahí si me tocó agarrar mi mochilita y regresarme…

¿Y los jugadores que te dijeron?

Esa vez fue porque me preguntó: “¿Para dónde quién venís?”. Y cuando yo le dije para donde quien iba, él llamó al jugador y lo regañó también. Ósea, habían pasado dos técnicos que tranquilo me dejaban ir a trabajar normal, y él (entrenador) un día se levantó enojado y me quitó.

¿Al mundo artístico como entras?

Casi va de la mano con lo de los futbolistas porque gracias a Garrido conocí a Luisito (Luis Maldonado), él es una persona que también da buenas referencias sobre mí y me llevó a trabajar con Menor Menor, luego con Frank Miami, con Lary, con Farruko… con todo Carbon Fiber Music.

¿A quiénes les has dado tus servicios?

A Farruko, Lary Over, Amenazy, Menor Menor… la mayoría de los que están firmados con Carbon Fiber.

¿Quién fue el primero?

El primero fue Menor, luego Lary ya a nivel internacional.

¿Cuándo atendiste a Lary te sentías nervioso?

Si porque Lary es un loco, entonces, cuando yo llegué, él gritó: “Ehhh llegó el barbero”. Yo me quedé un poquito sorprendido (pone cara de extrañeza). Pero cuando ya entramos en confianza, tranquilo, suave.

¿Eduardo Maldonado como se hizo cliente tuyo?

También por Luisito, que es su hijo. Gracias a él se me han abierto muchas puertas, ya se me acabaron las palabras para agradecerle por lo que él ha hecho por mí.

¿Qué ha significado Frank Miami en tu carrera?

Frank es una inspiración. Imagínate un barbero que hoy en día es el manager más exitoso de toda Honduras, es una inspiración de superación y de trabajo.

¿Cómo son Lary Over y Farruko? ¿Tenes alguna anécdota con ellos?

Ya cuando los tratas con confianza, son como cualquiera. Hacen bromas, se ríen, te aconsejan, porque sí, Farruko es una persona que cuando te agarra en un rato serio, te aconseja para que no te quedes donde estas, te apoya y te hace sentir uno más.

Salís en un video con Farruko y Menor… contáme un poco de eso.

La primera vez, Frank vino y me dijo: “Vení, me gusta como andas, hacele una toma al negro que sale bien ahí”. Pero no pensé que la iban a sacar. Y la otra fue el primo de Frank, que se llama Maynor, también me dijo: “Ey ¿Queres salir en el video?”. Y me metieron ahí, y lo peor es que me decían que me metiera más en medio y había tres modelos varones y un montón de muchachas, el problema es que los varones estaban “mamados” y altos, y yo chiquito y flaquito (risas)… no me podía meter en medio. Y yo como… no, no, no, aquí estoy bien atrás, sigan con el video.

¿Por qué crees que le generas confianza a los famosos?

Te voy a decir que no solo con ellos. La mayor parte de mis clientes son mis amigos, porque yo tengo esa buena relación con todas las personas. No me gusta llevarme mal con nadie, no me gustan los problemas, entonces creo que la seguridad y la confianza que yo les doy es mutua, pienso que es la forma en como interactuamos, es algo que ya lo traigo.

Veo que tenes muchos tatuajes… ¿Alguno tiene un significado especial?

Todos tienen significado, tienen una historia. Por ejemplo este (enseña su mano), es la firma de mi mamá (besa el tatuaje), es el que más me gusta. Los demás todos van relacionados con la barbería. Tengo las fechas de nacimiento de mis hermanos, de mi mamá, mi papá, mis abuelos… es mi historia.

¿Cuántos años tienes de ser barbero?

Ya tengo 11 años de trabajar en esto, comencé en 2008.

¿Pones el mismo empeño en una personalidad que en un cliente normal?

Mi trabajo es primero, y el mismo empeño que le puedo poner al cliente que me va pagar lo mínimo, no importa porque es mi trabajo, es lo que habla de mí. No puedo trabajar bien con unos y mal con otros.

¿Soñaste algún día llegar hasta donde has llegado, conocer tanta gente?

La verdad, la verdad, yo desde pequeño siempre fui un soñador. No me imaginé llegar a conocer a mucha gente que conozco, pero nunca me lo puse como imposible.

¿Qué te dice tu familia cuando ve lo que has logrado?

Mi familia se alegra, me felicita, mis hermanos, mi mamá, mi papá, todos…

¿Y la gente del pueblo que te dice cuando los visitas?

Allá están todos mis amigos de la infancia, mis vecinos. La gente del pueblo cuando yo voy me la disfruto, me la vacilo, porque allá soy libre. No importa nada.

¿Por qué ser barbero?

Fue una salida para ser independiente.

¿Qué le dirías a alguien que quiere comenzar a ser barbero?

Que lo haga de  corazón, que lo haga así y no viendo a otras personas o queriendo ser como otras personas.

¿Cuáles son tus metas? ¿Dónde te ves a futuro?

Muy lejos. Aquí donde estoy es poquito para donde yo quiero llegar.

Un sueño que tengas por cumplir... 

Ver a mi mamá.

¿Qué significa ella para vos?

Todo.

¿Qué le dirías si la tuvieras enfrente?

De todo… (Los ojos se le ponen vidriosos).

¿Hace cuánto no la ves?

Hace 20 años.

¿Cómo es crecer si alguien que esté ahí apoyándote?

Es duro, duro.  Pero… (Hace una pausa y se seca las lágrimas), nada que uno no pueda superar.

¿Son accesibles tus servicios?

Claro.

¿Qué tiene que hacer alguien que te quiere contratar?

Esperar (risas)… esperar porque a la gente no le gusta esperar no sé porque. Yo recuerdo que antes eran un poco más tolerantes, ahora no, llegan y me dicen: “córtamelo ya”. A todos mis clientes los atiendo.

¿Y si un cliente nuevo te quiere contactar?

Me pueden escribir a mis redes sociales. En Instagram me encuentran como el negro en la barbería y en Facebook Mario Núñez.

¿Algo que le quieras decir a alguien en especial?

Gracias a ustedes por darme la oportunidad y el espacio y a mi familia por apoyarme siempre, y a la gente que siempre ha confiado en mí y sigue confiando… ¡Gracias a todos!

Cortita y al pie…

¿Estado civil?

Soltero

¿Posición favorita en la cama?

Abajo (risas)

 ¿Mañanero o de noche?

De noche…

¿Por qué de noche?

Mejor, rindo más…

¿Luz apagada?

Nahhh encendida.

¿Rubias o morenas?

Blanquitas.

¿Lugar más loco donde has tenido sexo?

En el picacho… (Risas).

¿Al aire libre?

Sí.

¿Isabel Zambrano o Jennifer Funes?

Jennifer…

¿Un equipo de futbol?

Olimpia.

¿Una costumbre rara?

Creo que ninguna.

¿Un apodo de niño?

Canecho. Así me dicen mis primos porque tengo otro primo mayor que tiene el mismo apodo. Le dicen canecho a mi primo, a mi hermano mayor y a mí también.

¿Pasatiempo favorito?

El fútbol. Jugar… bueno, no jugar. Correr, porque lo mío es andar corriendo. Si yo jugara fútbol como recorto anduviera con la selección ahorita.

¿Qué hiciste con tu primer sueldo?

Fui donde mi hermana y la invité a comer creo.

Mario Núñez es…

Un luchador. Nunca me rindo y no creo que lo haga.

 La entrevista fue realizada en las instalaciones del Hotel Clarion