Recientemente circuló en las redes sociales un video de un compatriota radicado en Estados Unidos, el cual explica muy elocuentemente como es la vida en aquel país y todos los gastos en que se incurre, exponiendo que el llamado "sueño americano" es solo eso, un sueño.
Una mirada al pasado
Poco queda de aquellos clásicos de antaño jugados a estadio lleno y con jugadores que anteponían el escudo y los colores antes que cualquier cosa. Partidos disputados de poder a poder, emanando buen fútbol, picardía y fantasía, sentimientos que se trasladaban a la grada y endulzaban la vista del aficionado y televidente.
En una noche en la que Honduras necesitaba puntuar en un escenario en el que a excepción del aztecazo de 2013 se le ha hecho históricamente tormentoso, el equipo respondió, no espero por nadie e hizo lo que debía, logró un empate que sabe a triunfo y que lo clasifica automáticamente a la hexagonal final de concacaf.
Un proyecto que inicio con el profesor Wilmer Cruz desde la liga de ascenso en el cual se libraron grandes batallas, noches épicas de buen futbol con un estadio lleno que casi se convertía en un volcán a punto da hacer erupción, todo el apoyo y confianza puesta en un solo equipo Honduras de El Progreso, logro ascender a primera división desatando toda la euforia de los progreseños.
La bicolor logro su principal objetivo que era ganar ante su similar de El Salvador, Honduras mostro cierta mejoría en su juego lo que fue suficiente para superar a un débil conjunto salvadoreño quienes no presentaron tantos argumentos futbolísticos, desde el principio evidenciaron que su propósito era al menos obtener el empate y salir vivos del estadio Olímpico Metropolitano.
