Una mirada al pasado
Poco queda de aquellos clásicos de antaño jugados a estadio lleno y con jugadores que anteponían el escudo y los colores antes que cualquier cosa. Partidos disputados de poder a poder, emanando buen fútbol, picardía y fantasía, sentimientos que se trasladaban a la grada y endulzaban la vista del aficionado y televidente.
Los roles se han invertido, Motagua en su época más gloriosa con primitivo Maradiaga a la cabeza, era la institución que apostaba por la cantera, formar jugadores y confiar en sus condiciones. Amado Guevara, Junior Izaguirre, Iván guerrero, Milton Reyes, Francisco Ramírez son algunos nombres de personajes célebres en la historia azul y que surgieron de las fuerzas básicas. Aquel era un equipo que ofrecía un fútbol alegre, salía jugando con la pelota al piso y pretendía dominar a su rival a partir de la posesión, la movilidad y frescura de sus elementos. Hoy el río parece haberse secado o la confianza en sus jóvenes promesas se ha terminado.
Olimpia, el equipo más grande y con más títulos de Honduras, que en aquel momento se veía superado, opto por dar un giro en su política de fichajes y el manejo de su cantera. Los albos poco a poco fueron ganando terreno en este aspecto, a tal grado que en la actualidad son los principales formadores de jóvenes y aún más importante; confían en ellos y tratan de afianzarlos lo más rápido posible en el máximo circuito. El ejemplo más claro es Alberth Elis, recientemente traspasado al Monterrey de México y que sin superar aun los 20 años de edad se había convertido en unas de las máximas figuras del equipo.
Aunque parezca poco significativo, esto tiene mucho que ver en la disparidad de ambas instituciones hoy en día. Nada más hay que dar un vistazo a la alineación titular del último clásico en la que figuraban Kevin Álvarez, Israel Fonseca, Oliver Morazán, Luis Garrido, Oscar Salas, Bryan Johnson y la última gran joya Michael Chirinos. Chicos que vienen desde abajo, han "mamado" la historia de la institución, sienten y saben la responsabilidad que significa ponerse y defender la camisa del Olimpia, eso a la hora de enfrentar a su vecino hace la gran diferencia. La directiva contrató un entrenador como Héctor Vargas que apuesta por la juventud y aunado a la calidad de los jugadores que complementan el plantel se ha convertido en una fórmula que le ha dado una hegemonía significativa.
El último capítulo: Olimpia 3-1 Motagua
Las águilas se vieron ampliamente superadas por los leones desde el inicio del duelo, los blancos dominaban a sus anchas todas las aristas del juego, monopolizaron la pelota y el dominio del espacio, el primer mensaje lo mando su entrenador desde la alineación, la gran mayoría de sus jugadores con perfil de ataque, iban con todo por la victoria. Su contraparte y compatriota Diego Vasquez quizá presa de los malos resultados de los últimos clásicos, mandó al campo un 11 un poco confuso, con jugadores cumpliendo roles distintos a lo acostumbrado, como Mayorquin jugando de volante derecho, Felix Crisanto de volante izquierdo y haciendo debutar a un joven en un partido complicado por las características e importancia del mismo. La barbie apostó por Juan Pablo Montes y Martin Pucheta de centrales, el defensa argentino debutaba en clásicos y para mala fortuna de el y su equipo, su actuación fue muy dubitativa y dejo mucho que desear, a tal grado que cometió un error gravísimo en la salida que derivó en la expulsión de Hector Castellanos. Lo mismo pasaba en el medio campo, parcela ampliamente dominada por Garrido, Mendez y Salas en detrimento de Discua y Catellanos. La "perrita" lucía nervioso e impreciso y para colmo de males al minuto 26 termino dejando a su equipo con 10 jugadores al ver la tarjeta roja luego de una entrada descalificadora sobre el Colombiano Javier Estupiñan. La Barbie intento modificar el equipo sacando temprano al juvenil Melendez, que poco tuvo que ver en el mal accionar del equipo, esto nada mas dejo en evidencia la mala elección del técnico a la hora de hacer la alineación; No por hacer debutar un joven sino por no esperar el momento oportuno. Luego de verse en desventaja con un hombre menos, el gaucho decidió prescindir del Chino Discua y Marco Tulio Vega para darle entrada a Irvin Reyna y Kevin Lopez. De poco sirvieron las modificaciones, los azules solo pudieron descontar gracias un penal mal sancionado por el árbitro, de penosa actuación, cabe destacar que también le fue invalidado un gol lícito a los blancos por una supuesta posición adelantada de Estupiñan. Si algo se le puede criticar al Olimpia es su poca ambición en la segunda mitad del partido, las condiciones se daban para lograr un resultado que quedara grabado en los anales de la historia, pocas veces se dan ese tipo de circunstancias en un clásico, el Motagua estaba siendo superado y ultrajado con un 3-0 y encima con un hombre menos desde muy temprano en el juego. Los blancos en lugar de apretar, bajaron el gas, se relajaron y no quisieron aumentar mas el marcador pese a un penal fallado por Salas. Tenían a su rival tendido en la lona y lo dejaron vivir en lugar de acabarlo. Le tuvieron piedad.
Diego perdió la brújula, el rumbo, el ciclón refleja en la cancha la confusión que le presenta su técnico desde la banca. Muchos de los hombres de hierro de la barbie quedaron en el olvido, Wilmer Crisanto, Irvin Reyna, Henry Figueroa ya no parecen ser primordiales para él y se tienen que conformar con ver los partidos desde la banca o en la grada.
Lo mas preocupante es que despues de tanto tiempo no se puede ver un estilo definido. ¿A que juega Motagua? ¿Porque los cambios tan drásticos de un momento a otro? Muchas son las interrogantes que surgen e intentar descifrar este equipo tanto para futbolistas como aficionados se vuelve un verdadero reto. La hinchada azul parece haber perdido la paciencia.
Le hegemonía blanca es notoria e inexpugnable, la pregunta es: ¿hasta cuando?