A Marcos Baghdatis es nombrarle el Open de Australia y escapársele una sonrisa. El primer Grand Slam del año es su torneo fetiche, cita en la que más cerca estuvo de alcanzar la gloria entre la élite antes de darse de narices con la realidad y enfundarse el mono de trabajo.
Y es que el tenista chipriota, pese a irrumpir con fuerza en el circuito a muy temprana edad, tuvo que acostumbrarse a convivir entre los mortales. Un lugar desconocido para Rafa Nadal, su rival en segunda ronda del torneo australiano.
Para Baghdatis es pisar Melbourne Park y sumergirse en sus mejores recuerdos como tenista. La final de 2006 en la Rod Laver Arena cuando sólo tenía 20 años -dos después de proclamarse campeón junior- fue sin duda su gran momento, alentado además por una afición a la que siempre ha caído en gracia. Pero Roger Federer fue demasiado para el bueno de Paramytha.
Cae en gracia en AustraliaPoseedor del récord de romper cuatro raquetas en 40 segundos, será alentado por sus ruidosos seguidores
Baghdatis, talentoso y voluntarioso donde los haya y de carácter aparentemente afable, ha tenido que lidiar durante su carrera con las lesiones, un freno que no le ha permitido tener la constancia necesaria para asentarse entre los mejores pese a llegar a ser top 10. Showman por naturaleza, su ‘locura’ también le ha hecho ser protagonista de varios episodiosos curiosos. Poseer el récord de romper cuatro raquetas en menos de cuarenta segundos o atender el móvil en mitad de un partido son algunos ejemplos de ello. También puede sacar pecho con otros datos más positivos, como el de ser el jugador con más victorias seguidas en la Copa Davis (34), desbancando el año pasado al mismísimo Bjorn Borg.
De padre libanés y madre chipriota, una beca le permitió viajar a París en su adolescencia para formarse como tenista. Apasionado del fútbol -el Apollon Limasol ocupa un lugar especial en su corazón-, este jueves tendrá enfrente a otro amante del balompié como es Nadal.