Carlos Tevez arribó al Shanghai Shenhua como la gran apuesta de la Superliga China. Esta entidad, que tiene como principal inversor al Greenland Group, convirtió al futbolista argentino en uno de los mejores pagos del planeta y liberó su cupo de extranjeros enviando a otras instituciones a delantero senegalés Demba Ba y al paraguayo ex Racing Oscar Romero.
Sin embargo, el Apache nunca pudo adaptarse al nuevo torneo. Entre lesiones y bajos rendimientos, la prensa local y los simpatizantes del equipo comenzaron a soltarle la mano y su crédito es cada vez menor.
En las últimas horas, Tevez fue increpado por un grupo de hinchas que lo encontró en una joyería. Los aficionados le recriminaron estar "más preocupado por comprar oro" que por la final de la Copa China (enfrentarán a su clásico rival, el Shanghai SHIP de los brasileños Oscar y Hulk, el 19 y 26 de noviembre). Los comandados por Wu Jingui, en el certamen local, culminaron en la undécima posición, a 29 unidades del líder Guangzhou Evergrande.
Como si fuese poco, el Diario Olé afirma que el público local rebautizó a Tevez con un nuevo apodo, el cual demuestra el claro malestar que tienen con su flojo rendimiento: Niño nostálgico (por su mala adaptación y anhelo constante por retornar a Argentina).
Daniel Angelici viajará en los próximos días para dialogar con el atacante e intentar lograr su salida, algo que anhela el Apache, pero también el club. ¿La principal traba? Quién pone los seis millones de dólares de su cláusula de salida.