NFL exonera por dopaje a Peyton Manning

 

La NFL informó que no encontró pruebas fehacientes de que Peyton Manning recibió la hormona de crecimiento humano u otras sustancias prohibidas, como se aseguró en una documental transmitido el año pasado por la cadena Al-Jazeera America.


La liga indicó que el retirado quarterback y su esposa, Ashley, cooperaron plenamente con la pesquisa que tomó siete meses, al aceptar ser interrogados y dar acceso a todos los documentos que los investigadores solicitaron.

La NFL siguen investigando las denuncias hechas contra otros jugadores de la liga en el documental, sobre el cual la NFL involucra "diversas corrientes de indagación y testigos". Esos otros jugadores  todos linebackers” aportaron declaraciones juradas a la liga, pero la NFL quiere interrogarles en persona.

En contraste, Manning, quien se retiró un mes después tras la victoria 24-10 de sus Broncos de Denver ante Carolina en el Super Bowl, aceptó la investigación.

En diciembre, Al-Jazeera informó que un pasante en una clínica antienvejecimiento en Indianápolis fue grabado en secreto cuando sugería que la esposa de Manning recibió la hormona de crecimiento humano cuando el quarterback se recuperaba de una cirugía en el cuello. El pasante, Charle Sly, se retractó de sus declaraciones grabadas sin su conocimiento. Sostuvo que inventó como forma de impresionar a un posible cliente.

Manning rechazó tajante el reporte, tildándole de "invento total y completa". También recalcó que nunca tomó atajos para apurar su regreso al fútbol americano tras perderse la campaña de 2011 por las dolencias en el cuello.

La hormona de crecimiento humana es una sustancia que ha sido prohibida en todas las ligas profesional y solo puede recetada para el tratamiento de ciertas condiciones médicas.

Los otros jugadores de la NFL mencionados en el reporte de Al-Jazeera son: Clay Matthews y Julius Peppers de los Empacadores de Green Bay, James Harrison de los Acereros de Pittsburgh y el agente libre Mike Neal.

A diferencia de Manning, esos cuatro jugadores no quieren hablar con los investigadores de la NFL.