Ciclismo de montaña

 

El ciclismo de montaña, considerado un deporte de inercia, es un ciclismo de competición realizado en circuitos naturales generalmente a través de bosques por caminos angostos con cuestas empinadas y descensos muy rápidos.

 

Las bicicletas suelen ser hechas de aluminio, titanio, carbono u otras aleaciones lo más ligeras posibles, llevan suspensión delantera regulable a través de resorte, aire o aceite u ambas; algunas usan también amortiguador para la llanta trasera la cual la denominan shock; la mayoría usa cambios de 9 velocidades en el piñón de la rueda posterior y 3 velocidades en la catalina, es decir tres platos de dientes. El freno viene accionado a través de una maneta normalmente metálica. Hasta finales del siglo XX solo se habían visto frenos de llanta, con pastillas neumáticas accionadas por un cable metálico. Adicionalmente se requiere el uso de los siguientes accesorios: casco especial, guantes de dedos largos, pedales clip y zapatillas especiales para este tipo de pedal.

Bas Peter en descenso durante el Campeonato Nacional de los Países Bajos Zoetermeer 2008.

A partir del siglo XX se comenzó a ver más los frenos de disco, los cuales están formados por un disco de diámetro reducido que se acciona a través de un sistema hidráulico o en algunas ocasiones de cable, los cuales accionan un pistón para que se realice la frenada. Los frenos de disco son mucho más seguros aunque no más ligeros.

Algunas de las especialidades y competiciones están reguladas por la UCI (Unión Ciclista Internacional) mientras otras se disputan de modo amistoso.