Un 43% de los exjugadores de football americano tienen traumatismos cerebrales, el pasado lunes un estudio que aumenta las preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de darse de cabezazos contra el contrincante.
Los resultados de este estudio, basado en resonancias magnéticas, fueron divulgados poco antes de una presentación en el 68º encuentro anual de la Academia estadounidense de neurología en Vancouver, Canadá.
"Éste es uno de los estudios más amplios hasta el momento sobre jugadores retirados con vida de la NFL y uno de los primeros que muestra evidencia objetiva y significativa de daño cerebral en estos exjugadores", indicó el autor del estudio, Francis Conidi, del colegio de medicina de la Universidad del Estado de Florida.
"La tasa de trauma cerebral fue significativamente mayor en los jugadores que en la población general".
El estudio se basó en 40 jugadores retirados de la NFL, que además de los escaneos pasaron por pruebas de inteligencia y de memoria.
Los deportistas tenían entre 27 y 56 años y jugaron un promedio de siete años en la liga. La mayoría abandonó la NFL hace menos de cinco años y todos reportaron un promedio de ocho contusiones cerebrales.
Cerca de un tercio de ellos dijeron que sufrieron varios golpes que no habían sido lo suficientemente fuertes para ser diagnosticados como contusiones.
Las resonancias magnéticas avanzadas midieron el movimiento de las moléculas de agua en la materia blanca del cerebro, que controla cómo funciona el cerebro, para determinar la medida del daño.
Diecisiete jugadores, es decir 43%, tenían niveles de movimiento por debajo del de la gente saludable de la misma edad. "Esto se considera evidencia de trauma cerebral con una tasa de error de menos de 1%", dijo el estudio.
"En las pruebas de inteligencia, cerca del 50% tuvo problemas importantes en sus funciones ejecutivas, 45% en aprendizaje o memoria, 42% en atención y concentración".
Este hallazgo aumentará la presión sobre la NFL, que desde hace tiempo está siendo cuestionada por minimizar los efectos de las contusiones en el deporte más popular de Estados Unidos.