Stephen Curry ha contribuido ya al éxito de una franquicia desesperada por ganar algo. Ahora, se le está recompensando por todo lo que ha hecho.
Curry firmó el martes un contrato de cinco años y $201 millones con los campeones vigentes de la NBA. El convenio llegó a ser el más jugoso de la historia, hasta que James Harden lo superó también en julio, al firmar una extensión por $228 millones con los Rockets de Houston.
Desestimado por su baja estatura, Curry llegó a la NBA como séptimo en el reclutamiento colegial de 2009, procedente de Davidson College. Ha ido disipando todas las dudas, al atinar disparos desde cualquier rincón imaginable de la cancha.
En dos ocasiones, Curry ha sido nombrado el Jugador Más Valioso de la NBA. En la campaña recién concluida, devengó $12 millones, por lo que se le consideraba una de las mayores gangas de la liga.
Promedió 28,1 puntos en la postemporada, así como 6,7 asistencias y 6,2 rebotes. Ahora, ganará $40 millones por campaña.
“Simplemente estoy contento por ser un líder en este equipo, que puede entender las metas que nos hemos trazado y que trata de alcanzarlas de la mejor manera posible”, dijo Curry el mes pasado, inmediatamente después del quinto juego de la final, en el que Golden State se coronó por segunda vez en tres años.
Su compañero en los Warriors, el Jugador Más Valioso de la final de la NBA Kevin Durant, también firmó su nuevo contrato, por aproximadamente $53 millones por los próximos dos años.
Desde luego, el desempeño espectacular de Durant en los playoffs eclipsó un tanto la contribución de los demás. Pero Curry hizo mucho, desde sus dribles hasta sus disparos y sus encestes en bandeja.
Lo que hizo por los Warriors como embajador en la comunidad lo distingue también de otros jugadores.
Es el rostro de una franquicia que se ha convertido en la envidia de otras organizaciones.
A Curry se le está retribuyendo por todo ello. Ha liderado la recuperación de una franquicia que durante años fue el hazmerreír de la NBA.
Ahora, quiere construir una dinastía, al lado de Durant, quien aceptó menos dinero para la próxima campaña a fin de que los Warriors conservaran su núcleo de estrellas.