José Mourinho no encuentra soluciones. Soñaba con hacer lo que está haciendo. Anhelaba el banquillo de Old Trafford, pero cuatro meses después se encuentra en un camino sin retorno, en la peor de las encrucijadas de su larga y exitosa carrera como entrenador. No encuentra soluciones y el grupo no reacciona como él quería.
Mourinho ha intentado todo en estos 120 días como entrenador del United. Su talante ha sido bueno y dialogante al máximo con los jugadores desde el primer día, pero no da con la tecla. Ha lanzado avisos públicos y privados, incluidas algunas de sus puestas escenas favoritas (mensaje a Conte, esperar al árbitro en el túnel o pedir perdón por los cuatro goles del Chelsea tras ganar al Manchester City de Guardiola), pero no acierta en lo fundamental, en lo futbolístico.
Ibrahimovic, una de sus apuestas más fuertes, está sufriendo lo que ha sido pasar del balneario en el que vivía en París a la dura competencia de la Premier; Pogbano juega en su sitio. No es mediocentro y lo padece, como también los 120 millones de euros que se pagaron por su fichaje; Rooney lo intenta pero ya juega un papel secundario; Fellaini no está capacitado para llevar el juego del equipo y así hasta no encontrar un once más o menos estable. Todas estas decisiones están cuestionadas por un grupo que están al lado del portugués.
La derrota en Estambul ante el Fenerbahce duele en Manchester, pero más en el corazón del técnico, que ve que no es capaz de encontrar soluciones que lleven al equipo a su sitio natural, que no es el octavo puesto en la Premier League y fuera de la Europa League por ahora. Sabe que está ante una de sus últimas oportunidades de volver a ser ese técnico ganador que llevó a Oporto e Inter a lo más alto. No le vale con seguir vivo en la Copa de la Liga.
Mourinho se está dando cuenta de que el tren ya está en marcha y no ha podido subirse en él. Tras la experiencia del Chelsea, sabe que esta es la última oportunidad de seguir entre los grandes, al menos en un equipo. Portugal le espera, pero no ahora con la Eurocopa en el bolsillo.