Algo está pasando en Los Angeles Galaxy. El equipo al que David Beckham hizo famoso, en el verano de 2007 al enfundarse su camiseta, o Steven Gerrard, retirado este año, está pasando una de sus etapas más negras.
En liga, Major League Soccer, tan solo ha ganado 6 encuentros de las 19 jornadas que se han disputado a estas alturas. Su única victoria en casa se remonta al mes de marzo, donde ganó por 2-0 ante el Montreal Impact.
La crisis se ve acrecentada cuando la enfermería del conjunto californiano está a rebosar. Hasta siete miembros de la primera plantilla están lesionados. Por lo que Curt Onalfo, entrenador, ha tenido que llamar a los chavales del filial.
Una oscura época que se ha hecho patente en sus últimos partidos, donde la institución ha encajado 15 goles en dos días y solo pudo anotar dos veces.
Primero, el filial de los Galaxy jugó ante el Reno 1868 en la United Soccer League cayendo goleado por 9-0. La goleada más grande de la historia de la liga. 24 horas después, el primer equipo caía derrotado en casa por 2-6 ante el Real Salt Lake. Hasta cuatro jugadores menores de 18 tuvieron que formar parte del once por falta de miembros: Zico Bailey, Jake Arteaga, Jorge Hernández y Jonathan Estrada.
La última vez que el equipo de Los Angeles había recibido seis goles fue en el 2009, cuando Dallas FC le ganó 6-3. “Esto es inaceptable”, dijo Curt Onalfo, técnico del equipo. “Estoy decepcionado, siento pena con las personas que vinieron al estadio a ver esto”.
Ashley Cole , uno de los referentes que tiene el equipo, mostró su enfado y decepción: “Estoy avergonzado. Este tipo de resultados no los podemos permitir. Ahora nos toca trabajar mucho más fuerte y buscar salir del mal momento”, explicó el lateral de los galácticos.
El malestar ente los aficionados es patente y empiezan a culpar a Onalfo. El técnico se puso al frente del equipo esta temporada procedente del filial y de momento no encuentra los buenos números que le hagan respirar tranquilo. Aunque ya estuvo tres temporadas con el primer equipo cuando era segundo entrenador.
Los resultados no llegan, sus aficionados se impacientan y las posibles llegadas como el delantero de Tigres, André-Pierre Gignac, acaban siendo humo. Es de esperar que el club comience a mover ficha sino quiere ver envuelto en una crisis irreparable.