América olvida a su afición, afuera de Coapa, en pleno Centenario

 

Hubo quienes llegaron desde las siete de la mañana para entonar las 'Mañanitas' frente a una puerta que jamás se abrió; otros viajaron por más de dos horas, enfundados en camisetas amarillas y azules que nadie en la institución vio.

 

Pasaron más de seis horas en una banqueta, frente al acceso principal del equipo y con el ánimo en caída libre, ya a sabiendas de que a la fiesta del Centenario nunca fueron invitados.

América se olvidó de sus seguidores, que de a poco llegaron para entonar canciones que no fueron escuchadas y colgar mantas para un equipo que prefirió festejar en privado, sin el calor de la gente que semana a semana abarrota su estadio.

Dentro todo fue serenidad mientras fuera retumbaban las trompetas, pero la murga sirvió de nada en tierra del club, restringida para unos cuantos e invisible ante los de afuera, sin mayor consuelo que reunirse sobre la acera.