El Barcelona ha sabido reinventarse tras la marcha de Neymar. Los culés ficharon a Ousmane Dembélé para que fuera su sustituto y ya tenían a Gerard Deulofeu pero ninguno de los dos ha cumplido y Ernesto Valverde ha encontrado otra solución.
El francés se ha pasado casi toda la primera parte de la temporada lesionado, mientras que el extremo gerundense ha desaparecido desde hace meses de las alineaciones. También probó arriba a Aleix Vidal, pero sin un extremo derecho de garantías, el técnico ha encontrado la solución al pasar a jugar con un 4-4-2 con Messi y Luis Suárez y en el que Paulinho tiene libertad total de movimientos.
Como consecuencia de la flexibilidad de Valverde, el Barcelona ha ganado fortaleza, ya que tiene el centro del campo más poblado y sufre menos contragolpes. Esto ha liberado a los laterales en ataque con especial relevancia ofensiva para Jordi Alba, que se ha convertido en el máximo asistente del equipo, y ha convertido a Paulinho en el tercer futbolista que más goles aporta al equipo con 8.
Sólo los delanteros Messi y Suárez llevan más goles que el brasileño, que ha marcado ya tantos goles como en la temporada que más tantos marcó en toda su carrera. A falta de un sustituto de garantías para Neymar, la entrada de Paulinho y el 4-4-2 está dando la regularidad necesaria al Barcelona para tener encarrilada LaLiga y ser aspirante a todo.