El futuro de James en el Madrid sigue envuelto en más nubes que claros. Florentino mantiene su apuesta por el colombiano pero Zidane duda sobre qué hacer con él tras su decepcionante temporada. El francés es consciente del calibre del 10, pero no le vio implicado como querría y dejó patente que puede llevar al equipo a lo máximo (la Undécima) sin necesidad de alinearlo. Ni siquiera como revulsivo.
La prueba del algodón fue la Champions. En el camino a Milán, James ‘desapareció’ del once desde cuartos. Sólo tuvo cinco minutos en el desastre de Wolfsburgo y 23’ como suplente en la vuelta contra el City. En San Siro, con Cristiano exhausto y Bale acalambrado, Zizou no le miró en busca de auxilio y sí tiró, en cambio, de Isco. Tampoco lo hizo en el Clásico del Camp Nou. Una declaración de intenciones difícil de digerir para una estrella que costó 80 millones.
