No todos los jugadores piensan en el equipo y en lo mejor para sus compañeros. Al parecer Isco es uno de ellos. El número 22 del Real Madrid no aceptó de buen grado ser el primer cambio de Zidane y lo demostró cuando en el minuto 60 el técnico francés lo retiró para dar entrada a Kovacic.
El ex-Málaga se fue con cara de pocos amigos y al sentarse en el banquillo expresó su frustración con decisión, lanzando el abrigo que le habían dado y una pequeña venda. Inmediatamente después, golpeó ligeramente el asiento de delante de mala manera.