Tuvieron que transcurrir 120 minutos y la tanda de penales para conocer al Super campeón de Europa y viste de color rojo.
Como hace catorce años en la más increíble final de la Champions League, el Liverpool, volvió a coronarse en Estambul en una tanda de penaltis que tuvo al portero español Adrián San Miguel como protagonista, al parar al joven Tammy Abraham el lanzamiento definitivo.
El gol de Olivier Giroud en la primera parte y el empate de Sadio Mané en la segunda dejaban sin ganador la primer final ‘seria’ del fútbol europeo, pero unos tiempos extras de alarido enmarcaron un partido electrizante… un gol por bando también en la prórroga, mandaba todo al definición por penales.
Precisamente los tiros desde los once metros llevaron la copa a Liverpool, como ya ocurrió en aquella final de 2005, entonces con Jerzy Dudek como héroe ‘Red’, esta vez con Adrián, quien hace poco más de una semana firmaba su contrato con los ingleses.