El equipo turinés ha sido el perdedor de cuatro finales de la Liga de Campeones. Este miércoles, ante el Oporto, afrontará otra batalla con el objetivo de acercarse al sueño de mandar en el continente europeo.
A largo plazo, la Juventus debe cumplir un mandamiento para aspirar con garantías al título en la Champions: no vender a sus mejores jugadores a otros grandes clubes. La Juve debe mirar a los ojos a Real Madrid, FC Barcelona, Bayern de Múnich, al emergente PSG y a cualquier equipo inglés.
Durante el pasado verano, la venta de Paul Pogba al Manchester United por más de 100 millones de euros fue una operación muy rentable económicamente y comprensible por el valor deportivo del centrocampista francés. Y en el caso de Álvaro Morata, su pérdida fue inevitable por la cláusula de recompra que mantenía el Real Madrid.
Pero en los próximos años, hombres como Leonardo Bonucci, Miralem Pjanic y Paulo Dybala deben ser intocables para otros equipos. La entidad turinesa no debe repetir casos como el de Arturo Vidal, traspasado al Bayern en el verano de 2015. La Juventus no tiene que ser un club vendedor. Sólo así podrá superar a otros gigantes y conquistar Europa.
