Arturo Vidal se retiró en silencio del estadio de Anfield. En su rostro se exhibía la frustración de no haber podido anotarse en la final de la Champions League. Una vez más, en esta oportunidad con la camiseta de Barcelona, al que muchos apuntan como el mejor jugador en la historia de Chile se quedaba con la ilusión de ganar el certamen más importante de Europa.