Rafa Nadal volvió a hacer gala de una fortaleza mental inaudita para meterse en segunda ronda del Abierto de Pekín. El número uno del mundo luchó contra un rival en estado de gracia, el francés Lucas Pouille, y salió victorioso de forma brillante. Para eso tuvo que remontar un set en contra y salvar dos pelotas de partido en un duelo que se alargó hasta las dos horas y media (4-6, 7-6 y 7-5). El ruso Karen Khachanov será su próximo rival.