Max Verstappen volvió a ser protagonista de un Gran Premio de Fórmula 1, pero no por su brillante conducción o por un buen resultado. El holandés fue undécimo en el circuito belga de Spa-Francorchamps pero atrajo las miradas de los espectadores y de sus rivales por una polémica maniobra que arruinó la carrera de los dos monoplazas de Ferrari.