El presidente del Banco Central de Honduras (BCH), Manuel Bautista, declaró hoy que el país perdería unos 200 millones de dólares al año, a partir de 2018, en concepto de divisas, producto de las remesas, si Estados Unidos no aprueba una nueva ampliación del Estatus de Protección Temporal.
"Sabemos nosotros que cada persona que vive en Estados Unidos envía a Honduras unos 4,000 dólares anuales y si hablamos de más de 50,000 hondureños, eso representaría unos 200 millones de lempiras al año", expresó.
En Estados Unidos residen más de un millón de hondureños, que durante 2016 enviaron al país más de 4.000 millones de dólares en remesas y se estima una cifra similar en 2017.
Actualmente hay casi 57.000 catrachos inscritos al TPS, que quedarían a expensas de una posible deportación, en caso que ese beneficio no sea aprobado de nueva cuenta.
Esa cantidad de personas representa un cinco por ciento del total de la población de hondureños que vive en Estados Unidos, que en cifras representan unos 200 millones anuales en divisas.
A criterio de Bautista, a la pérdida de esa cantidad de remesas para Honduras se sumarían los costos para poder recibir a los compatriotas y buscar programas para insertarlos en la vida productiva del país.
"Se debe analizar la incorporación de esas personas al proceso productivo del país, por lo que debe haber una programación agilizada del Gobierno para que venga de una forma planificada", apuntó.
Sin embargo, confía que el 5 de noviembre el Gobierno de Estados Unidos anunciará la nueva ampliación del TPS y de esa forma tener una estabilidad económica.
Las remesas provenientes de Estados Unidos son consideradas la principal fuente de ingreso de divisas para Honduras, incluso por encima de las exportaciones.
Según cifras del BCH, las remesas representan el 19 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país, que casi llega a los 22.000 millones de dólares.