En la madrugada del lunes en España (tarde en Georgia, EEUU), Sergio García se enfundaba la preciada chaqueta verde de Augusta, prenda que el golf español llevaba 18 años esperando.
Severiano Ballesteros fue el primer profesional español y el primer europeo en ganar en el Masters en 1980, hazaña que repetiría en 1983. Once años después, José María Olazábal lograba la tercera chaqueta para nuestro país, que volvería a ganar en 1999. Ese mismo año, un recién estrenado como profesional Sergio García se hacía con la victoria de los amateurs en el Augusta National Club. Ahora, a sus 37 años, el niño, como llaman a García, ha logrado volver a posicionar a España en el olimpo del golf. El primer major de su carrera vino tras un intenso partido con el británico Justin Rose, campeón olímpico, compañero de Ryder Cup y amigo con el que llegó empatado hasta el último putt del hoyo 18. Ya en el desempate, García superó los nervios que le han mantenido a los pies de la cima de los grandes. Este fin de semana, García encontró "la calma", como dijo antes de vestirse la famosa chaqueta de un campo que ahora le sabe a gloria. Y era justo lo que el golf español necesitaba.
Apoyados en los buenos resultados y tirón mediático de Jon Rahm, que se llevó todas las miradas previas al torneo y que terminó con una discreta 27 posición (al parecer jugó enfermo el último día), el golf parece haber ganado aficionados en España en los primeros meses del año. Si esto se traduce en nuevas licencias está por ver, pero ya se percibe en la audiencia y la conversación, pues cada vez más gente habla sobre las bondades de esta deporte. De hecho, el Masters del pasado domingo, retransmitido por Movistar+, cuadruplicó su audiencia respecto al año anterior y se convirtió en lo más visto del canal Movistar Golf del último año y en uno de los eventos en directo más vistos de la historia de este canal junto con la Ryder de 2012.
Desde la primera chaqueta verde de Ballesteros hasta esta última, el número de federados en nuestro país se ha multiplicado por quince, desde los 17.400 de 1980 hasta los 273.527 con los que se cerró el pasado año, un 1,5% menos que en 2015, según la Real Federación Española de Golf. A pesar de no crecer en número, desde la federación consideran que se ha alcanzado "el punto de inflexión", pues tras siete años consecutivos cayendo en número, el ritmo de salidas de federados se ha ido frenando en los últimos tres ejercicios. Sin embargo, aún está lejos el pico alcanzado en 2011, con cerca de 340.000 licencias. Ese mismo año, en España se disputaron siete torneos europeos frente a uno que se disputará este año, en octubre, en Valderrama. El 29,2% de los federados son mujeres y la cantera del golf, niños menores de 16 años, se asienta en los 23.160 federados, casi un punto porcentual más que el año anterior.
Impacto
Respecto a otros países europeos, España ocupa la sexta posición por número de federados, por detrás de Reino Unido (cerró el pasado año con 678.372), Alemania (640.181), Suecia, Francia y Holanda. Se estima que este deporte tiene un impacto económico en nuestro país de 2.000 millones de euros, según Golf Business Partners, y genera más de 11.000 empleos directos.
El impacto de esta chaqueta verde está por ver. Aunque García ya era una estrella del golf, su coronación en Augusta se espera sirva para que nuevas generaciones se apasionen con este deporte. Pero no sólo ayudará a que crezca la afición. El año pasado García fue determinante para que España contara con un torneo del circuito europeo al apoyar junto al European Tour el único evento nacional del circuito. Este año, nuevamente, Valderrama acogerá el único evento europeo en España, el Andalucía Masters by The Sergio García Foundation. En 2018, se espera volver a contar, como mínimo, con dos eventos en España. Nuestros profesionales están trabajando en ello.