El futuro cada vez pinta peor para el que fuera dos veces campeón de la NBA, Lamar Odom. Apenas han pasado 10 meses desde que estuviera a punto de perder la vida por una sobredosis en un burdel de Las Vegas y parece no haber aprendido la lección.
Su vida sigue rodeada de drogas, alcohol y malas compañías, en una repetición de los pecados que parece guiarle directo al purgatorio.
Al menos eso es lo que opina Joe, su padre biológico. el progenitor de Lamar, que ha luchado contra su propia adicción a la heroina, y dio su opinión sobre el negro porvenir de su hijo, al que no ve más solución que un milagro.