37 años después un ciclista holandés vuelve a ganar una grande. Desde que lo hiciera Joop Zoetemelk en el Tour de Francia ningún ciclista ‘orange’ había logrado subir a lo más alto del podio ni en el Giro, ni en la Vuelta ni en el Tour de Francia. Pero hoy, 28 de mayo, Tom Dumoulin ha hecho buenos los pronósticos y ha logrado el triunfo final en la edición 100 del Giro de Italia.
Dumoulin, que se caía ayer del podio después de la penúltima etapa de la Corsa Rosa, tenía que remontar 53” a Nairo Quintana para aspirar a la gloria en Milán. Una remontada, que dadas las mejores prestaciones del holandés en la lucha contra el crono y le perfil de la CRI, 29,3 kilómetros del todo llanos, lo daban del todo favorito. Pero ésta era una contrarreloj diferente, marcada por las 20 etapas previas y el castigo acumulado en las piernas de los ciclistas, y ésta era el comodín que esperaba Nairo Quintana que le llegara en una buena mano.
A priori, el líder del Movistar era el que peor lo tenía, a tenor de sus condiciones, y había quien incluso lo veía fuera del podio. No fue así, pero al menos mantuvo la maglia rosa después de una buena CRI. Nibali –ganador en 2016– mantuvo la tercera plaza, de la que se caía un Thibaut Pinot que sí, lo ha hecho muy bien en la semana final, pero quien ha fallado en las dos contrarreloj del Giro.
Nadie pudo con Jos Van Emden
El recorrido de la contrarreloj final era precioso. 29,3 kilómetros, con la salida en el Autódromo de Monza y la llegada en las calles de Milán y la toma de tiempos parciales en los puntos kilométricos 8,8 y 17,4. La toma en estos dos puntos iba a determinar la suerte del Giro, y ésta indicada que el tiempo que tenían que superar los grandes favoritos era el del holandés Jos Van Emden, el mejor en los dos intermedios, y el mejor en Milán, deteniendo el crono en 33’08”, un registro que nadie sería capaz de igualar, dando van Emden la primera victoria a su equipo, Lotto-NL Jumbo, y qué victoria, la última de la edición 100 de la Corsa Rosa.
De los favoritos, Tom Dumoulin ya se vio rápido que era el que mejor iba, exprimiendo la aerodinámica en su bici y dando por buenos los test realizados este pasado invierno en el túnel de invierno. Suyo fue el mejor tiempo de los gallos tanto en los dos intermedios como en el final, y rápidamente ya se vio que Pinot no iba bien y que Nibali y Quintana se iban a jugar las dos posiciones restantes del podio. El colombiano defendía 39” respecto al ganador de 2016.
Tras los 29,3 kilómetros Nibali haría el mejor tiempo de los ‘outsiders’, 34’17”, por el 34’47” de Nairo Quintana y el 34’50” de Thibaut Pinot. No pudo ‘El Tiburón’ repetir el éxito de 2016, tampoco Quintana el de 2014, pero ambos han protagonizado una de las ediciones de la Corsa Rosa más emocionantes que se recuerdan.
Dumoulin, primera grande en el bolsillo
A priori, a tenor del perfil de las etapas, todo parecía indicar que Quintana era el máximo favorito para la victoria final, pero la mayor regularidad y el gran comportamiento de Tom Dumoulin en la montaña han sido claves para que acabe con la mala suerte que le acompañaba en las grandes y logre por fin su primer gran triunfo, después de que en el último suspiro se le escapara la Vuelta de 2015.
A partir de hoy se abre una nueva página en blanco en el libro de la ‘Mariposa de Mastricht’, en la que muchos ya adivinan otros grandes éxitos, de un ciclista que antes de los Juegos Olímpicos de Río declaraba: “Soy joven y las grandes vueltas siempre me han llamado, pero luchar por la general lo dejo para más adelante”. Su momento ya llegó.