El 20 de abril de este año, Zlatan Ibrahimovic se rompió los ligamentos de la rodilla derecha en un partido ante el Anderlecht.
El mundo del deporte lamentó su lesión porque auguraba un retiro próximo. Incluso se le terminaba el contrato con los Diablos Rojos. Sin embargo, y contra la mayoría de los pronósticos, Zlatan se recuperó en menos tiempo del estipulado: casi siete meses contra los ocho o nueve habituales. Y el Manchester, como premio, le prolongó su contrato hasta el final de la temporada.
Tanto Ibrahimovic como el Manchester se habían quedado con ganas de más, porque la primera parte de su relación había sido muy fructífera. El gran Zlatan había jugado 46 partidos, marcando 28 goles y aportando diez asistencias. Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero hay excepciones.
The Legend is back! To celebrate Zlatan's return to the pitch, we will run a special maximum speed event this weekend starting tomorrow. Play for a chance to win the Red Lion suit! #zlatanlegends #ManUtd pic.twitter.com/WCesXFIlXD
— Zlatan Legends (@zlatanlegends) 17 de noviembre de 2017