El internacional alemán Mario Gómez ha firmado contrato hasta 2019 con el Wolfsburgo, el club que ha posibilitado su regreso a la Bundesliga y dejar atrás el convulso panorama de Turquía, donde jugaba cedido en el Besiktas de Estambul.
Gómez, de 31 años, se presentó como delantero de su nuevo club, feliz de estar de nuevo en Alemania y después de haber anunciado semanas atrás que no regresaría a Turquía, por la inestabilidad dejada por la intentona golpista del pasado julio.
"Deseaba volver a Alemania", afirmó el jugador, mientras el gerente del Wolfsburgo, Klaus Allofs, se declaraba "superfeliz" de poder contar con él.
Gómez ha firmado hasta mediados de 2019, informó el club, y su objetivo inmediato es volver a contar en competiciones europeas.
De momento se perderá el primer partido de la Copa de Alemania contra el FSV Fráncfort, el próximo sábado, ya que arrastra las secuelas de una lesión.
Gómez llevaba fuera de Alemania desde 2013, cuando dejó el Bayern Múnich para irse a la Fiorentina y, aún ahí, pasó a jugar cedido al Besiktas hasta convertirse en máximo goleador de la liga turca.
Su contrato con el club italiano expiraba en 2017 y se estima que el Wolfsburgo ha pagado un traspaso de siete millones de euros.
La llegada de Gómez se produce en un momento complejo para el club patrocinado por Volkswagen, cuya sede está en Wolfsburgo, ciudad donde todo gira alrededor de ese consorcio automovilístico.
Al club de la Bundesliga, apeado la temporada pasada de la Liga de Campeones por el Real Madrid, se le han escapado algunas de sus figuras, como Naldo, Andre Schürrle y recientemente Max Kruse.
En ese contexto causaron estupor en Alemania las declaraciones de Julian Draxler expresando abiertamente a un medio su deseo de dejar también las filas de ese club.