El deporte combate la depresión

El deporte combate la depresión

 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud 300 millones de personas padecen depresión en el mundo, un problema que no respeta estatus social, raza o sexo.

Por lo que recientes estudios han demostrado que hacer deporte ayuda a combatir este trastorno mental; sin embargo, muchos se preguntan hasta que niveles debemos llegar.

La psicóloga hondureña y catedrática universitaria, Isis García, ayuda a comprender esta enfermedad desde la perspectiva clínica.

¿Qué es la depresión?

Es un trastorno en el cual la persona siente cambios de ánimos profundos sobre todo de decaimiento y tristeza. Existen muchas causas, incluyendo factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. La depresión puede comenzar a cualquier edad, pero suele empezar en la juventud o en adultos jóvenes.

La depresión deportiva, se ve a menudo en jóvenes deportistas en el cual se exige a sí mismo un óptimo rendimiento, también como en deportistas reconocidos o ya en el término de su carrera que deben alcanzar o mantener una meta o un record establecido. La depresión es sin duda una enfermedad que muchas veces no se piensa como tal y es vista de menos, mucho más en esta área, ya que los mismos deportistas la subestiman, realizando más ejercicios y sobre exigiéndose para evitar los síntomas.

¿Cómo detectar la depresión en nosotros mismos o un ser querido?

Como primer paso, la persona con depresión cambia su manera de actuar, a una totalmente diferente de sus actividades cotidianas como ser:

  • Pérdida de interés en sus actividades favoritas
  • Aumento o pérdida del apetito
  • No poder dormir o dormir demasiado
  • Sentirse muy cansado
  • Sentirse sin esperanzas, irritable, ansioso o culpable
  • Dolores de cabeza, calambres o problemas digestivos
  • Ideas de muerte o de suicidio
  • Al observar estas actividades hay que buscar ayuda y hacer ver a la persona que realmente algo está mal. O incluso con nosotros mismos.

¿Qué tan cierta la frase: “más ejercicio, menos depresión”?

La verdad, el ejercicio es una buena forma de animarnos y producir alegría ya que al ejercitarnos se libera la serotonina en nuestro cerebro que es la que nos da la sensación de felicidad, entonces en parte sería correcto el ejercitarnos cotidianamente. Pero todo en exceso es malo, e igual el ejercitarnos demasiado puede producir agotamiento y lesiones físicas.

Es más si ya se tiene una depresión mayor el ejercicio produciría cansancio, calambres  e incluso sentimiento de inutilidad, puesto que el ejercicio no le produciría el placer o bienestar que se está acostumbrado o se desea.

Se recomienda siempre tener una rutina establecida de ejercicios o supervisión de los mismos.

¿Cómo puede el ejercicio físico prevenir y mejorar la depresión?

El ejercicio físico genera que el sistema nervioso se active, que nuestro cerebro libere la hormona de la felicidad  (serotonina), y al final nos da el resultado de un bienestar en nuestro cuerpo y mente. Por lo mismo es recomendado para que las personas  cambien su rutina diaria, cambien esos estados de ánimo bajos y puedan además de ejercitarse crear nuevas relaciones sociales, si va al gimnasio u otro lugar de ejercicios o deportes. Es recomendado que se ejercite por lo menos dos veces por semana para mantenerse sano física y mentalmente.

EQUILIBRIO. ¿Se puede tener dependencia del ejercicio como un efecto antidepresivo? ¿de qué forma evitarlo?

La dependencia hacia cualquier cosa es y está siempre latente, más si es una persona que ha caído en depresión o está cursando por ello. Ya que utilizaríamos el ejercicio como un salvavidas o el comodín para poder salir de la depresión y caen la dependencia sin que esta realmente nos muestre un resultado favorable, volviéndose así una mala solución ya que todos los buenos efectos que produce el ejercitarnos se verán inútiles y se caerá en un círculo vicioso donde se creara una falsa esperanza de que lo que se hace esta produciendo un buen resultado.

Para evitar caer en esta dependencia es importante que:

  • Sigamos las instrucciones siempre del instructor o entrenador.
  • Mantener un tiempo establecido de rutinas y ejercicios.
  • Conocer nuestros propios límites y capacidades en entrenamiento y ejercicios.
  • Conocer nuestro propio cuerpo, así sabremos cuando algo no está bien.
  • No creer que el ejercicio o deporte es lo único se puede hacer o funcionar cuando se está triste, o porque ya ha funcionado anteriormente.
  • Ante todo equilibrio, es la clave, una buena dosis de ejercicio o actividad física y ayuda psicológica en caso de depresión