Detecte a tiempo el cáncer infantil

Detecte a tiempo el cáncer infantil

 

La detección temprana es una de las claves principales para lograr superar el cáncer y esto es aún más cierto si cabe en el caso del cáncer infantil.

 

Pero esta detección no es fácil, y los mejores observadores de los síntomas de los menores suelen ser los padres. 

 

¿Cuándo sospechar un cáncer?

Es engañoso ya que los síntomas pueden ser los mismos que los de una enfermedad viral. Por lo tanto es primordial el rol del médico en la detección de la patología.
Posibles síntomas relacionados con el cáncer, que ameritan una consulta son su médico de cabecera:

• Fiebre, perdida de peso y apetito, palidez, fatiga, sangrados o moretones de fácil aparición, persistentes e inexplicables.

• Bultos en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades, testículos, ganglios.

• Dolor en huesos, articulaciones, espalda y fracturas fáciles.

• Manchita blanca en el ojo, estrabismo, ceguera o pérdida de visión, protuberancia del globo ocular.

• Signos neurológicos como cambios de conducta, trastornos de equilibrio, marcha, dolor de cabeza, agrandamiento de la cabeza.

• Vómitos por la mañana, estados febriles recurrentes no relacionados con infecciones.

También hay que consultar cuando el chico pierde el interés en las cosas habituales que venía haciendo o inexplicablemente comienza a decaer su rendimiento escolar.

¿Cuáles son las causas?

No hay una causa definida. Es distinto del cáncer en adultos, en donde se puede atribuir cierta preponderancia a factores de riesgo como el tabaquismo, el exceso de alcohol o la mala alimentación. Tampoco es genético, ya que muy pocos resultan ser hereditarios.

¿Cuál es el rol de la familia?

Cuando tenemos un paciente infantil con un diagnóstico oncológico, no se trabaja sólo con el niño, sino que también con la familia y su entorno.
Se le brinda información a todas las partes involucradas, elaborada en conjunto con salud mental pediátrica y pediatría. Es fundamental que esté adaptada para niños o adolescentes (según el caso), para que los compañeros de colegio puedan interiorizarse en el tema y ayudar al paciente.
Un chico con estas características es un shock para la familia, entonces nuestra tarea es fortalecer los vínculos, tratando que lleve una vida lo más normal posible.