¡Otra vez! Roberto Bautista atropella a Djokovic

 

Boca abierta, rugido al aire, puño en alto; al otro lado, un número uno atropellado y derrotado, apeado de Miami por un adversario que va camino de convertirse en uno de sus mayores tormentos. Roberto Bautista es, de nuevo, por segunda vez esta temporada, el verdugo de Novak Djokovic.

Ocurrió en las semifinales de Doha, el pasado 4 de enero, y volvió a ocurrir ayer, sobre el cemento norteamericano. Al serbio se le atraganta el tenis pétreo del castellonense, y este firmó una de esas remontadas que tienen un espacio propio en el baúl de los recuerdos: 3-6, 7-6 y 6-4, en 2h 29m.

Llegó la lluvia, tímida pero lluvia al fin y al cabo, y con ella llegó el giro. Nole mandaba y abrumaba, a punto de dejarle a cero en el primer parcial, pero empezaron a caer las gotas y el juez decretó la suspensión del encuentro. Bautista, a punto de cumplir 31 años, encontró un bidón de oxígeno en el vestuario y salió con todo porque ya no había absolutamente nada que perder. Sorteó seis bolas de break y guerreó a pecho descubierto. Un set, iguales. Y otro. Remontada y estocada, la segunda en apenas tres meses para el de Belgrado.

Se le esfumaba a Djokovic otra magnífica oportunidad para marcar territorio y reafirmar su reinado. Sin embargo, no estaba disfrutando el serbio en la nueva sede del torneo. Titubeó antes contra Tomic y Delbonis, y cedió otra vez frente a Bautista, que ya le ha batido tres veces; la restante, en las semifinales de Shanghái, hace tres años. Lo celebraba el español con su grito de guerra, divisando en el horizonte de los cuartos al estadounidense John Isner (doble 7-6 a Kyle Edmund).

“Roberto es uno de los tenistas más sólidos del circuito”, valoró Nole, que hace un par de semanas también se despidió prematuramente de Indian Wells, por lo que no aterrizará de la mejor manera en la estación de tierra. Mientras, Bautista endulza este primer trimestre con otra victoria de relumbrón, habiéndose adjudicado antes el título de Doha y habiendo alcanzado los cuartos en Melbourne.

Protagonizó el sorpresón de una jornada en la que Nick Kyrgios volvió a exhibir sus dos mundos: lo mismo se enredó en el banquillo, jugueteando para tratar de que un botellín cayera en pie, que dibujó un excepcional willy que en realidad no le sirvió de nada, porque perdió ante Borna Coric por 4-6, 6-3 y 6-2. Al mismo tiempo, el joven Felix Auger Aliassime (18) superó a Nikoloz Basilashvili (7-6 y 6-4) y el próximo lunes figurará entre los 50 mejores jugadores.