El Sevilla tiene pie y medio en la Final de la Copa del Rey tras haber ganado 4-0 al Celta en la ida de la semifinal. Los de Emery hicieron un trabajo “de cirujano”, adelantándose en el marcador, defendiendo con firmeza y destrozando al rival con eficaces contras.
A pesar del resultado, el Celta no hizo un mal partido. Sus grandes errores fueron, en primer lugar no marcar, cuando pudo, en la primera parte. El Sevilla se vino abajo tras el penalti fallado y los de Vigo tuvieron sus ocasiones. El segundo fue descuidar sus espaldas cuando se volcaron en el segundo tiempo para intentar hacer un tanto que les diera opciones en la vuelta.
Rami marcó el 1-0 de cabeza al filo del descanso y los de Emery tenían muy claro en plan para el segundo tiempo. Kevin Gameiro, que había fallado el penalti, fue el protagonista del partido. Marcó el segundo en el minuto 69 en una acción de contrataque, batiendo a Rubén con sutileza. Dos minutos después hizo el tercero de forma parecida, en un uno contra uno contra el portero del Celta tras una fulgurante contra.
Tuvo que ser Krohn-Dehli quien sentenciara prácticamente la eliminatoria con el cuarto tanto en los instantes finales del encuentro. El danés no quiso celebrar el gol por respeto a su anterior equipo.