Un empate que sabe a derrota. El Real Madrid dejó escapar dos puntos del Villamarín porque salió con la torrija y después no encontró la manera de meter mano al Betis. El efecto de Zidane pierde efecto porque este resultado no entraba en los planes del nuevo entrenador blanco.
El Real Madrid volvió a sufrir un ataque de brazos caídos como los de antaño en los primeros compases del partido. Mientras, el Betis salió intenso, con el cuchillo entre los dientes y dispuesto a dejarse hasta la última gota de sudor con la idea de golpear primero. El entusiasmo del Betis enseguida tuvo premio, con la desinteresada colaboración de un Madrid que se saltó la lección de la presión y el robo de balón. Una jugada bien ligada por el costado izquierdo acabó en la pierna derecha de Cejudo para que fabricase un golazo. Se veía venir. En siete minutos, el Betis había desnudado a un Madrid indolente.
Tardó media hora en despestar el equipo de Zidane. Se entonaron Modric y Kroos en el medio del campo y la maquina gris, en esta ocasión, comenzó a carburar. Cristiano falló un mano a mano con Adán, previa pared con Benzema; Pepe mandó fuera un remate tras un saque de esquina…
No tuvo ni puntería ni suerte el Madrid en ese tramo porque el colegiado se tragó dos penaltis. Uno más difícil de ver de Molinero a Cristiano y otro muy claro de Petros a Benzema con un clarísimo pisotón. Al margen de las excusas socorridas de los penaltis no señalados, el Madrid rescató la imagen de la etapa de Benítez, con un cierto pasotismo en varias fases del partido. Así se llegó al descanso.
En la segunda parte cambió mucho el decorado. Las lesiones de hombres fundamentales en el Betis obligaron a su entrenador a cambiar de idea. Y de esa situación sacó petróleo el Madrid, que comenzó a dominar de principio a fin. El asedio fue brutal. Y ahí apareció Adán para detener todo lo que le tiraron. No pudo atajar el balón del gol, pero la jugada debió ser anulada porque James recibió en fuera de juego. Un error para compensar lo de la primera parte, amén del penalti de Varane sobre Ceballos que tampoco vio el colegiado.